¿Por qué Cristo tenía que morir y resucitar?

 Cristo tenía que morir y resucitar por el pecado de hombre, al cual le era imposible salvarse por sí mismo, tal y como lo dice el salmo 49:7-8. Este salmo dice que ninguno puede redimir a su hermano ni dar a Dios su rescate, porque LA SALVACIÓN O LA REDENCIÓN ES DE GRAN PRECIO Y NO SE LOGRARÁ JAMÁS. Estos versículos engloban ciertos puntos que ayudan a explicar por qué Cristo tenía que morir y resucitar:

a.       Dice que ninguno de ellos (los que confían en sus riquezas y los ricos) podrán nunca redimir a sus hermanos ante los ojos de Dios. La salvación no se compra (1 Corintios 9:18). La salvación solo viene del cielo (Salmo 121:1-2) Redimir es comprar. En la antigüedad, la redención era comprar un esclavo. Muchos de estos esclavos, como estuvo José, estaba en situación de aprieto y de angustia, sin embargo, eran comprados. En el caso de José, fue comprado y luego fue exaltado hasta lo sumo por misericordia de Dios a pesar de la mala acción de sus hermanos (Génesis 37). De esa manera hizo Dios con nosotros a través de Cristo. Nos redimió a través de su sangre, no con dinero o con cosas materiales, sino sacrificando a Su Hijo sin pecado y sin mancha, para que todos los pecadores seamos salvos para siempre. 1 Corintios 6:20 dice tal cual estas palabras.

 


b.      El salmo 49:8 habla de que el precio era muy alto, y en serio lo es, porque es el pecado de toda la humanidad de todos los siglos hasta que El venga a establecer Su reino de una vez. Fil 2:8 habla de que tenía que morir en la cruz como forma de pago y Colosenses 1: 13-14 dice que nos ha trasladado de la luz a las tinieblas y en quien tenemos redención por Su sangre para perdón de pecados. Esto quiere decir que la sangre de Cristo nos compró de la esclavitud del pecado y nos quitó toda mancha. Más o menos como hacían la sangre de los corderos, pero más aun eficientemente, ya que mientras la sangre de los animales tapaba el pecado, esta nos limpia totalmente, tal y como lo manifiesta Levítico 1:4.

Cristo resucitó para darnos una demostración y un acceso prácticamente a la vida eterna a través de su resurrección-. Eso lo podemos encontrar en 1 Corintios 15:20-23, de esta manera:

-          1Co 15:20 dice que Cristo ha resucitado de los muertos y que es primicia de los resucitados de entre los muertos, más específicamente, primicias de los que durmieron bajo este Nuevo Pacto, claro está, ya que vemos a Moisés resucitado en el cielo (Mateo 17:3) junto con Elías, que también fue llevado al cielo.

Tomando en cuenta esto, era necesario de que Cristo resucitara, no solo para testimonio, sino para darnos acceso a todos los que en el creen a ese privilegio.



-          1 Co 15:21: dice que si la muerte llegó por Adán, la resurrección por Cristo llegó. Y esto era una de las creencias de los fariseos en los tiempos de Jesús. Esto lo podemos verificar en Juan 1:26, en donde Juan le dice a los sacerdotes (que eran fariseos) y a los levitas: Yo bautizo con agua, más en MEDIO DE VOSOTROS está uno a quien vosotros no conocéis.  – Estas palabras sugieren que Jesús venía de la escuela de Hilel (en pocas palabras, si no era fariseo, tenía mucho conocimiento, humanamente hablando sobre lo que estos creían, incluyendo posturas sobre la resurrección. Aunque hay escritos apócrifos posteriores que relatan que Jesús tuvo varios maestros particulares durante su niñez, mientras que también tuvo la oportunidad de estar en la Casa del Libro.

-          1 Corintios 15:22 habla que gracias al pecado de Adán, entró la muerte (física y espiritual la cual es consumada en la muerte segunda), pero que con Cristo somos vivificados (es decir tenemos vida eterna). Este suceso ocurre desde el mismo momento en el que creemos y nos entregamos a Cristo.

-          1 Corintios 15:23 habla de que Cristo es la primicia (Colosenses 1:18) de las resurrecciones bajo el nuevo pacto, es decir, es el primero en ser resucitado. Tal y como lo explica Pablo, quien estipula que primero fue Cristo y luego nosotros los que resucitaremos.

Para complementar, la resurrección de Cristo es el fin de la predicación, “porque si no hay resurrección de los muertos, Cristo tampoco resucitó, y si Cristo no resucitó, en vano predicamos, vana es nuestra fe” (1 Corintios 15:13-14).