Para entender el Pacto de Gracia, debemos entender primero que es la gracia, para así poderlo diferenciar del Nuevo Pacto y del Pacto de Redención. La palabra gracia viene del término charis y significa benevolencia no merecida. Entonces, el Pacto de la Gracia habla de las Promesas de Dios (muy parecido al pacto de Redención) a pesar del pecado del hombre hasta hoy. En el Pacto de Gracia, Dios promete un fiador por las deudas que nosotros no podemos pagar. Para poner en perspectiva, en el Pacto de Gracia, Dios promete pagar todo a través de un sacrificio sabiendo miles de años antes que tú y yo íbamos a pecar. Es un Pacto hecho inmerecidamente por el hombre, reflejado por mucho en el famoso versículo de Juan 3:16.
En este pacto, Dios le dice al hombre que crea en Jesucristo
para ser salvo, sabiendo que es pecador (no puede cumplir toda la ley no
importa cuanto lo intente). Sabiendo lo pecador que es, lo salva por la fe en
Jesucristo. En Habacuc 2:4, habla de esto, pero enfatiza en que el JUSTO por la
fe vivirá. Quiere decir que no es para todos los hombres, sino solo para los
justos, es decir para los que han sido justificados por medio de Jesucristo
(Juan 1:12, Romanos 5:1).
El Nuevo Pacto no es pacto renovado como dicen algunos, sino
que es un nuevo pacto hecho por Dios para la redención y salvación del hombre a
través de la sangre de Jesucristo (Jer. 31:31). El nuevo pacto es la
consumación y la vivencia del Pacto de Gracia. En el pacto de Redención, Dios
promete un Redentor, más en el Nuevo Pacto ya está consumado. EL PACTO DE
REDENCIÓN, EL PACTO DE GRACIA Y EL NUEVO PACTO SON LO MISMO, solo que el Nuevo
Pacto incluye también la restauración de Israel. En este pasaje podemos
visualizar el cumplimiento del Nuevo Pacto:
Oseas 2 23
23 Y la sembraré para
mí en la tierra, y tendré misericordia de aLo-ruhama; y diré a bLo-ammi:
¡Pueblo mío eres tú!, y él dirá: ¡Dios mío!
El Nuevo Pacto no es solo para Israel, sino que somos
injertados en la rama de olivo (Israel) a través del sacrificio de Jesús:
Efesios 2:13
Ahora en Cristo Jesús,
vosotros, que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido acercados por la
sangre de Cristo.
Romanos 11:13-25
Pero tengo algo que decirles a ustedes, que no son judíos. Puesto que Dios me ha enviado a los no judíos, yo tengo en gran estima este servicio. Quiero que algunos de mi propia raza sientan celos de ustedes, y así llevarlos a la salvación. Pues si el rechazo de los judíos ha traído al mundo la reconciliación con Dios, ¿qué no traerá el que sean aceptados? ¡Nada menos que vida para los que estaban muertos! Pues si el primer pan que se hace de la masa está consagrado a Dios, también lo está la masa entera. Y si la raíz del árbol está consagrada a Dios, también lo están las ramas. Al olivo, que son los judíos, se le cortaron algunas de las ramas, y en su lugar se le injertó el olivo silvestre, que eres tú. Así llegaste a tener parte en la misma raíz y en la misma vida del olivo. Pero no te gloríes, despreciando las ramas naturales. Si lo haces, recuerda que no eres tú quien sostiene a la raíz, sino que la raíz te sostiene a ti. Tal vez dirás: «Sí, pero se cortaron unas ramas para injertarme a mí en el olivo.» Bien, pero fueron cortadas porque no tenían fe, y tú estás ahí únicamente porque tienes fe. Así que no te jactes, sino más bien siente temor. Porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, tampoco a ti te perdonará. Mira, pues, qué bueno es Dios, aunque también qué estricto. Ha sido estricto con los que cayeron, y ha sido bueno contigo. Pero tienes que vivir siempre de acuerdo con su bondad; pues de lo contrario también tú serás cortado. Por otra parte, si los judíos abandonan su incredulidad, serán injertados de nuevo; pues Dios tiene poder para volver a injertarlos. Porque si tú, que por naturaleza eras un olivo silvestre, fuiste cortado e injertado contra lo natural en el olivo bueno, ¡cuánto más los judíos, que son ramas naturales del olivo bueno, serán injertados nuevamente en su propio olivo! Hermanos, quiero que sepan este designio secreto de Dios, para que no presuman de sabios: los israelitas se han endurecido en parte, pero solo hasta que hayan entrado todos los que no son de Israel.