El gozo del DIEZMO

«Cuando hayas entrado en la tierra que el Señor tu Dios te da en posesión...  tomarás una parte de todos los primeros frutos que obtengas de la tierra que el Señor tu Dios te da... y te dirigirás al lugar que el Señor tu Dios escoja como residencia de su nombre».
(Deuteronomio 26:1-2)

Diezmar. La mayoría de los creyentes no se emocionan mucho al respecto. Pero debieran hacerlo―y lo harían si entendieran cómo hacerlo correctamente.

El diezmo bíblico estimula la fe y activa el poder de Dios en nuestra vida, si lo damos con gratitud, con gozo y con la confianza de que nuestras necesidades serán suplidas en forma abundante.

En Deuteronomio 26:8-9, Dios les dijo exactamente a los israelitas qué decir cuando dieran sus diezmos. Les dijo que debían reconocer el hecho de que Él los había sacado de la esclavitud de Egipto, y decir: «…Entonces el Señor nos sacó de Egipto con mano fuerte y brazo extendido, y con señales y portentos que causaban terror, y nos trajo a este lugar, y nos dio esta tierra, ¡tierra que fluye leche y miel!».

¿Qué tendrá que ver eso con nosotros? ¡Dios ha hecho lo mismo por nosotros! Él nos ha sacado de una vida de esclavitud y pobreza, y nos ha dado una vida que fluye con la abundancia de Dios.

Cuando traigas tu diezmo al Señor, sigue el ejemplo de los israelitas: regocíjate y reconoce las maravillas que Jesucristo ha hecho por ti. Dale gracias porque Él te ha liberado de la tierra de las tinieblas y de la escasez, para llevarte a Su Tierra Prometida de la abundancia. Agradécele porque ésa es una tierra de misericordia, de gozo, de paz y de prosperidad.

Diezma con fe, esperando que las ricas bendiciones de esa tierra sean multiplicadas en tu vida. Muy pronto te darás cuenta de que diezmar es algo muy emocionante.




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