Aprende a bendecir a tus hijos


Nunca maldigas a tus hijos con palabras negativas, ni insultos. Por muy enojado o triste que estés. Recuérdate que son herederos de bendición, pase lo que pase, son tus hijos.

La Biblia esta llena de ejemplos del poder que los padres tenían sobre el futuro de sus hijos con tan solo bendecirlos. El ejemplo clásico es el de como Jacob se las ingenio para que su padre lo bendijera a el en en lugar de a su hermano Esau, por que el entendía y creía que en esa bendición estaba su futuro.

Hoy día, los padres cristianos hemos dejado esta costumbre tan importante. Y pienso que mayormente es por falta de conocimiento. Ya que quizás no entendemos que al igual que existen leyes físicas, como la ley de la gravedad por ejemplo, también existen leyes espirituales. Como la ley espiritual de que mejor es dar que recibir, como la ley de que todo lo que el hombre sembrare eso también cosechara; así también es con la ley de la bendición, especialmente, la bendición sobre nuestra descendencia.

Un ejemplo clásico de este poder de bendecir y sobre la consecuencia de maldecir, es cuando el pueblo judío esta pidiendo la muerte de Jesús a Pilato, pues Pilato no quería condenar a muerte a Jesús pero los judíos para persuadirlo le dicen que ellos se hacen responsable de la muerte de Jesús y le dicen: que la sangre de este caiga sobre nosotros y nuestros hijos. Al decir esto se maldijeron y vemos luego como Hitler mata a millones de ellos-- de sus hijos.

Termino este pensamiento, dejandote dos versículos bíblicos para que medites en ellos. Dios te bendiga, y bendiga abundantemente a tus hijos y tu descendencia! Amen!

Y vio Israel los hijos de José, y dijo: ¿Quiénes son éstos? Y respondió José a su padre: Son mis hijos, que Dios me ha dado aquí. Y él dijo: Acércalos ahora a mí, y los bendeciré. Y los ojos de Israel estaban tan agravados por la vejez, que no podía ver. Les hizo, pues, acercarse a él, y él les besó y les abrazó. (Génesis 48:8-10 RVR60)

Y se levantó Labán de mañana, y besó sus hijos y sus hijas, y los bendijo; y regresó y se volvió a su lugar. (Génesis 31:55 RVR60)


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