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Por Matt Slick
Opresión demoniaca es la obra de
fuerzas espirituales malignas que nos mueven a pecar, negar la Palabra de Dios,
sentirnos espiritualmente muertos y estar atados a cosas pecaminosas. Esta obra
opresiva es llevada a cabo por demonios, que son ángeles caídos que resisten a
Dios y que pecaron al abandonar su propia morada (Judas 6: “Y a los ángeles que
no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha
guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día;”).
Ellos hacen guerra contra Dios, Su pueblo y también contra los no creyentes. El
objetivo de ellos es traer tantas personas como sea posible a rebelarse contra
Dios y a ser condenados en el infierno.
La opresión demoníaca puede ser
experimentada de formas diferentes:
Dolencias físicas tales como:
Insomnio, pesadillas constantes, fuerte ansiedad, auto-mutilación, adicciones y
enfermedades físicas.
Muerte espiritual que incluye:
Apatía e ira hacia Dios, interés en sistemas religiosos falsos.
Trastornos emocionales tales
como: Constantes explosiones de ira, altibajos en niveles emocionales,
constante auto justificación, temor, desesperanza, fijaciones anormales, etc.
Dificultades económicas como:
Presiones financieras constantes e inusuales. Algunas veces muchas cosas salen
mal al mismo tiempo y esto nos causa esfuerzos financieros.
Claro está que debemos ser
cuidadosos al pensar y/o declarar que cada cosa negativa que experimentamos es
debido a la opresión demoniaca. Algunas veces, las dolencias físicas pueden ser
causadas por una falta apropiada en el descanso, una dieta pobre, gérmenes o
enfermedades. La muerte espiritual puede ser debida a problemas físicos, y
algunas veces por nuestra falta de madurez espiritual lo que puede complicar
nuestro entendimiento de los planes de Dios dando como resultado el que no
seamos capaces de descansar en Él. Muchas veces las personas no sufren de
opresión demoníaca; lo que sucede es que ellas no pueden controlarse a sí
mismas, su ira, o su lujuria. Y en cuanto a nuestra situación financiera,
tenemos que ser cuidadosos en no gastar más de lo que ganamos para terminar
echándole la culpa de nuestras dificultades financieras a fuerzas demoníacas.
Siempre es buena idea pedirle al
Señor que ate al maligno en Su nombre. Como cristianos tenemos toda autoridad
en el nombre de Jesucristo para resistir al maligno garantizándonos la victoria
final en Cristo. Pero algunas veces, Dios permite que nos sucedan cosas, aún,
ataques demoníacos para probar nuestra fe y para purificarla. Recuerde, que en todas
nuestras luchas debemos ser fieles y creer en el Señor. Así que, y antes de
asignarle cualquier cosa a la opresión demoníaca, asegurémonos que descansemos
lo suficiente, comamos correctamente, haciendo ejercicio y que estemos
trabajando para controlar nuestra conducta emocional. Entonces, y después de
orar, sería aconsejable considerar la opresión demoniaca si las cosas en su
vida son inusualmente complicadas.
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